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Midi d´Ossau (2.884 metros)
Había leído que era bastante complicado, que parecía temible y casi inaccesible. Según otras referencias, la dificultad no era tanta, ya que en algún escrito se decía que la vía normal no presentaba grandes dificultades. También en alguna parte había visto escrito que todo pirineísta que se precie debe subir el mismo al menos una vez en su vida. Y también que era el pico más hermoso de los Pirineos. Con toda esta información en la cabeza, me decidí un día a aterrizar en él. Previendo que la ascensión y posterior descenso podrían no precisar de mucho tiempo, ya que el desnivel a salvar no era excesivamente importante, me decido un día de Julio a madrugar mucho e intentar realizar toda la excursión en este sólo día. Con este pensamiento me levanto tempranísimo, a las 5 y media de la mañana y antes de las 6 estoy ya de marcha hacia la província de Huesca. Afortunadamente, a estas horas, apenas hay tráfico. Llego bastante rápidamente a Huesca, la capital. Subo hacia el norte en dirección a Sabiñánigo, Biescas y Sallent de Gállego, hasta llegar a la frontera francesa en El Portalet. A partir de aquí, después de un breve descenso de 3 ó 4 quilómetros, llego hasta el lugar donde se inicia la pista que accede al refugio de Pombie. Como que ya son las 10 de la mañana, el lugar está ya bastante lleno de vehículos. Aparco como puedo y me preparo para la ascensión.
Tomo el camino, comenzando sobre los 1.725 metros de altura, muy ancho, que sube por entre verdes pastos y con poco desnivel a buscar el refugio de Pombie. Tropiezo a menudo con grupos de caballos y cantidad de cabezas de ganado vacuno. Al poco rato encuentro la cabaña de Senescau, a unos 1.815 metros de altura. Después, el camino gira en una larga lazada hacia la derecha, escarpándose un poco, y dirigiéndose hacia el collado de Soum de Pombie, sobre los 2.120 metros de alto, para descender de nuevo hacia el otro lado del collado en dirección izquierda. A partir del collado de Soum de Pombie ya avisto, a lo lejos, el refugio. En aproximadamente un cuarto de hora de suave bajada llego al refugio de Pombie, situado a 2.030 metros de alto. Tiempo total hasta aquí 1,15 horas.
Un pequeño lago hace compañía al refugio. Algunos rebecos y ganado vacuno por las cercanías y mucha gente descansando conforman, además del lago, el animado ambiente general del refugio de Pombie. Desde el refugio, la vista hacia el Midi d'Ossau es impresionante. Como que no voy demasiado bien de tiempo, me detengo muy poco. Ya lo haré a la vuelta. Retomo el camino, girando ahora hacia la derecha, resiguiendo un pedregoso sendero y subiendo con un desnivel más bien pequeño hacia el collado de Suzón, al que llego tras 1,45 horas desde la salida. Tengo a mi derecha la esbelta y rocosa cima del Pico Saoubiste.
Desde aquí giro hacia la izquierda, casi 180 grados, comenzando a seguir una amplia cresta herbosa, en dirección suroeste, al principio sin demasiada inclinación. Poco a poco, de nuevo, la inclinación aumenta ostensiblemente. Tras recorrer la alargada pendiente, de algo más de un quilómetro, durante bastante rato, llego en unos 15 minutos a la base del ascenso final de la vertical prominencia rocosa del Midi d,Ossau, a unos 2.350 metros de alto. A partir de aquí comienza la parte divertida, una alta y vertical subida formada por tres chimeneas bastante complicadas, con tramos más fáciles intermedios.
Me pongo enseguida en faena y comienzo a ascender la primera chimenea, de unos 25 metros de altura, encontrando bastante gente que asciende por la misma, algunos incluso encordados. Para montañeros habituados la dificultad no es demasiado alta y se puede subir sin cuerdas, pero exige bastante atención. Voy, en general, por la zona central de la misma. Después de unos 10 ó 12 metros de trepada llego a una parte más estrecha a la que sigue una placa bastante pulida, provista de un par de clavijas que facilitan el ascenso, aunque la distancia entre clavijas y las pequeñas presas existentes en la piedra es bastante grande. Superado este paso llego a un sendero señalizado con bastantes hitos. El hollado sendero me lleva por una especie de terraza poco inclinada hasta la base de la segunda chimenea. Tiempo hasta aquí 2,45 horas.

Al principio esta segunda chimenea impresiona por su verticalidad, pero no es tan difícil. Tiene alrededor de 30 metros de largo y cuenta con muy buenas presas, lo cual me hace más sencillo el ascenso. De nuevo, gente encordada. Yo voy, en general, por la zona derecha de la misma, por una especia de fisura. Aunque la dificultad no es demasiada, lo que más me preocupa es el posible riesgo de caída de algunas piedras provocada por los montañeros que tengo encima de mí. Afortunadamente no tengo ningún problema y llego, al cabo de otro rato de vertical ascenso, de nuevo a otra zona mucho más sencilla. En la misma encuentro otro sendero, que comienzo a recorrer. Posteriormente asciendo un pequeño resalte, muy fácil y equipado con algún herraje, y con algún hito en su parte superior. Después, giro suavemente hacia hacia mi derecha, ya en busca de la tercera y última chimenea.
Es ésta la más sencilla de todas, pero no por ello exenta de cierto peligro debido también a su verticalidad. También muchos suben encordados por la misma. Yo comienzo a ascenderla también, pasando como puedo entre la gente. La progresión se me hace lenta y complicada y subo poco a poco, siempre con precaución, hasta que, ya arriba, acabo llegando a la conocida cruz del Paso del Portillón du Midi, a unos 2.660 metros de altura, inicio del recorrido denominado Rein de Pombie. Es ésta una curiosa cruz de hierro, con los brazos terminados en flechas. Tiempo, aproximadamente, hasta ahora, 3,15 horas.
A partir de aquí comienzo una travesía en dirección sur, primero, y, al cabo de un rato, en dirección suroeste, donde encuentro de nuevo una zona muy rocosa. Aunque hay cantidad de piedras, la dificultad de progresión prácticamente desaparece. Hay abundantes hitos y piedras de señalización que marcan la mejor dirección. Más adelante alcanzo una parte en la cual la cresta se vuelve algo más estrecha e inclinada. Al cabo de un rato más acabo llegando a una especie de colladito, a la derecha del cual se encuentra un alto roquedo, una pequeña punta rocosa que creo que se denomina la Punta de Francia. Yo giro hacia la izquierda, resiguiendo tramos de senda y, en unos 25 minutos desde la cruz de hierro y bastante fatigado por la vertical ascensión, alcanzo finalmente la cima del Midi d'Ossau (2.884 mts.), con un enorme hito de piedras en la misma. Tiempo total de ascensión 3,45 horas. Después de descansar un poco y comer alguna cosa, admiro las excelentes vistas que esta atalaya me ofrece. El día es espléndido y la vista alcanza muy lejos. Frente a mí se yergue el macizo del Balaitús, con las primeras cumbres de más de 3.000 metros por la parte oeste de los Pirineos.

El refugio de Pombie
Pero todo se acaba y llega el momento del descenso. Con la misma o superior precaución que en el ascenso, deshago el camino de subida. Llego hasta la cruz de flechas y desciendo una a una, con mucho cuidado y tropezándome con mucha gente como antes, las tres chimeneas intermedias que me llevan hasta la base de la montaña. Aquí descubro que me he quedado sin agua y sé que no la hay hasta el refugio. Comienzo a descender la arista que lleva hasta el collado de Suzón y, como que cuando no tienes algo es cuando más lo necesitas, una gran sed se apodera de mí. Le pido un poco de agua a alguien de los que suben, ya que los que bajamos vamos todos secos. No puedo exigir demasiado, ya que a ellos les queda aún toda la subida. Sigo el camino en dirección al refugio de Pombie, con la sed cada vez en aumento. Anhelo constantemente el chorro de agua que brota enfrente del mismo. Acelero el camino y descubro lo que realmente es pasar sed.

Cercanías de la cima del Midi d,Ossau
Cuando llego delante del refugio me abalanzo sobre el surtidor de agua y bebo, bebo. Al final, creo que he bebido demasiada agua y se me ha puesto un peso en el estómago. Pero estoy satisfecho. Después de un pequeño descanso, reinicio el camino. Subo de nuevo un poco hasta el collado de Soum de Pombie, para descender posteriormente por el ancho camino que me ha de conducir hasta el coche. Encuentro de nuevo gran cantidad de ganado y, paso a paso, voy acercándome a la cabaña de Senescau. Desde ésta, en poco rato llego hasta donde tengo el coche aparcado, habiendo empleado unas 3,30 horas en el regreso. Son casi las seis de la tarde. Teniendo en cuenta la hora, y sin más dilación, me arreglo un poco y vuelvo en dirección a casa.

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